SIN LINEA Por HORACIO GONZÁLEZ - Linea de Contraste

SIN LINEA Por HORACIO GONZÁLEZ

Desacuerdos Mena-AMLO en la reapertura

El país vive en una polarización. A nivel local el presidente Andrés Manuel López Obrador abre flancos por todos lados: con los empresarios, con los medios informativos, con investigadores, con organizaciones de la sociedad civil, con los gobernadores y con gobiernos de otros países. Incluso, miembros del gabinete no están de acuerdo en el camino que el tabasqueño ha elegido para el país, pero no tienen la fuerza para enfrentársele ante el empecinamiento de su jefe.

Por desgracia, también Tlaxcala vive su propia polarización, que se reflejó ayer en el Congreso del estado con la discusión que hubo sobre las reformas aprobadas a la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado de Tlaxcala. Pero ese será tema de otro artículo.

El tema que hoy ocupa, por la coyuntura, es más importante ahora porque implica el inicio de la reapertura económica en el país, en lo que el gobierno federal le ha dado por llamar la “nueva normalidad”. La gravedad es tal porque de una exitosa reapertura depende que muchos miles de empleos no se pierdan, pero también que la pandemia no se extienda  y surja un rebrote del cual México se lamentará por muchos años.

Lamentablemente, a la reapertura no se le hace frente con un país unido, sino polarizado, con un gobernante que quiere para sí el éxito, deslindándose de cualquier responsabilidad si las cosas no le resultan. Sólo así se puede interpretar el hecho de que en una de las decisiones más importantes para el país en lo que va del sexenio, López Obrador no se haya reunido con los gobernadores.

Delegó en una disminuida secretaria de Gobernación, Olga Cordero, la responsabilidad de encabezar una reunión con mandatarios estatales, muchos de los cuales se encuentran molestos porque no reciben respuestas concretas a sus solicitudes, principalmente aquellas que tienen que ver con recursos económicos y materiales para enfrentar la pandemia del coronavirus en los territorios que gobiernan. Resultado: la imposición de un semáforo general de reapertura, que al día siguiente se convirtió en una serie de semáforos regionales.

Aunque Marco Antonio Mena Rodríguez no se ha distinguido por ser un mandatario combativo en las reuniones sostenidas con funcionarios del gabinete federal, está más que clara su posición crítica hacia el gobierno de López Obrador. Muestra de ello son algunas de sus afirmaciones realizadas, el lunes pasado, a una radiodifusora local. Dos destacan:

1- Los datos que todas las tardes reporta el gobierno federal están desfasados. “No son datos de ese mismo día, a veces son de una semana, dos semanas o hasta un mes de desfase, lo cual significa que se está hablando sobre la pandemia en diferentes  momentos”.

2- En México no se aplicó ampliamente, de modo masivo, un esquema de pruebas. “Si hubiéramos, como país, aplicado masivamente pruebas en población abierta  cuando comenzó la pandemia de Covid–19 en México, entonces sí los números podrían estar dando una fotografía del avance de la pandemia, pero no ha sido así… entonces tenemos estas dos circunstancias como problemas: datos muy atrasados y diferentes momentos de la pandemia de cada uno de los estados”

De lo anterior, puede inferirse que por sus pensamientos existen las siguientes reflexiones:

1- Si el gobierno federal hubiese insistido en la reapertura económica con un solo semáforo, hubiera sido un despropósito. Cada entidad federativa, o al menos cada región, enfrenta su propia realidad.

2- Con los datos que diariamente reporta el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, el presidente de la República no puede tomar decisiones porque éstas pueden ser erróneas. Y con esas cifras López Obrador ya anunció su primera gira de trabajo al sureste mexicano.

3.- La reapertura de empresas debe ser controlada, como parece ser que será, pero con un número mayor de pruebas de por medio, lo cual no sucederá.

Ante esa realidad, Tlaxcala se prepara el próximo lunes a su reapertura. Lo hará, sin embargo, sin el acompañamiento de dos empresas clave (Volkswagen y Audi) por decisión del gobernador del vecino estado de Puebla, Miguel Barbosa. Cientos de empresas en territorio tlaxcalteca que dependen de ellas no podrán reabrir, o lo harán en circunstancias mucho más limitadas de lo que lo harían si ambas aperturaran sus actividades a partir del 1 de junio.

En resumen, si hay lógica en el gobernador Marco Antonio Mena, las actividades industriales consideradas como prioritarias comenzarán este lunes; las gubernamentales (los tres poderes, los tres niveles de gobierno y los órganos autónomos) tendrían que reiniciar a partir de la segunda quincena de junio, pero protegiendo a las personas con mayor vulnerabilidad, como las mujeres embarazadas y las personas hipertensas y diabéticas. Mantener a todo el sector educativo fuera de toda actividad presencial, ayudará a reducir los riesgos latentes de la pandemia.

Lo que falta saber, y lo sabremos este fin de semana, son las medidas de seguridad que se utilizarán para la reapertura, lo cual no es poca cosa.

Lineazo: Existe en el país un renuencia enorme al endeudamiento de los estados. Hay motivo en muchos casos. Sin embargo, ante el poco o nulo apoyo que el gobierno federal ha dado a las entidades federativas, resulta normal que los gobernadores recurran a esa vía como alternativa.

¿Que existe corrupción y falta de transparencia en la adquisición de créditos? Pongamos reglas claras pero, en la actual coyuntura por la que atraviesa el país, que sean rápidas. No recurramos al simplismo de reprobar el endeudamiento, cuando está a la vista que la corrupción reciente del pasado no ha sido castigada, sino más bien tolerada desde la propia presidencia de la república, con la propuesta de llevar a cabo consultas sobre algo que por ley debería ser sancionado. La corrupción continúa porque hay impunidad. Y en eso el país no ha cambiado.