SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ
Dulce-Lorena, la disputa por Apizaco
Apenas el pasado domingo el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez pronunció un discurso en su calidad de “líder moral” ante el Consejo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), donde reconoció un panorama “retador” para enfrentar el proceso electoral local del próximo año. Ahí subrayó la necesidad de que la militancia lleve a cabo un intenso trabajo político para que los abanderados tricolores sean competitivos en la contienda que se avecina.
Afirmó lo siguiente: “En todos los casos, el valor de la unidad tiene que dejar de ser un concepto retórico para que sea práctico y real. Ya sea por convicción o por conveniencia, la unidad brinda el camino al regreso de un partido fuerte”.
Su discurso, sin embargo, resulta paradójico a juzgar por lo que acontece en su gabinete con la presencia del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), a pesar de que formará parte de una coalición electoral que encabezará el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en los comicios federales de 2021.
De no ser por esa mancha, incomprensible ante los ojos de la militancia priista, el mandatario estatal estaría actuando de manera congruente. Y es que no se puede formar parte del gabinete estatal si se apoya a una fuerza política diferente a la que gobierna el estado.
Ese fue el caso de Javier Rivera Bonilla, quien hasta el último día de abril pasado encabezó el Fondo Macro para el Desarrollo Integral de Tlaxcala (Fomtlax), donde renunció –según se dijo- para dedicarse de tiempo completo a sus negocios empresariales en materia de abarrotes. El motivo de su salida no fue por esos motivos, sino más bien para dedicar trabajo político a su intención de buscar la presidencia municipal de Apizaco.
Rivera Bonilla tenía en ese entonces, y lo tiene todavía, un estrecho acercamiento con la delegada federal Lorena Cuéllar Cisneros, a tal grado que la responsable de la Secretaría del Bienestar en Tlaxcala le sugirió hacerlo abanderado por Morena a la alcaldía rielera. Su salida del gabinete estatal, parece, fue más por ese motivo desleal con el que se conducía.
Sin embargo, algo habrá pasado en el camino que las condiciones políticas actuales indican que el empresario y la funcionaria federal que lo patrocina van perdiendo la batalla en el propósito de hacerlo gobernar Apizaco.
Quien lleva un paso adelante de ambos es la empresaria huamantleca recién incorporada a la carrera sucesoria por la gubernatura, Dulce María Silva, quien tiene como principal propuesta para gobernar el municipio apizaquence a la ex senadora Maricarmen Ramírez García. La esposa del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya es quien ahora mismo lleva la delantera por Morena en esa jurisdicción municipal.
En esa circunstancia, Lorena Cuéllar Cisneros busca a toda costa acomodar a Javier Rivera como candidato, pero ahora por la diputación local en el distrito 04 con cabecera en Apizaco.
Puede ser que a Dulce María Silva no le alcance su trabajo político para lograr la candidatura al gobierno del estado por Morena. Lo que sí es un hecho es que la está buscando con ahínco con el apoyo de varios integrantes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN). No sólo cuenta con el respaldo de su esposo, César Yánez, sino que también se está acercando con personajes morenistas de alta influencia política en el estado, como el ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya.
Por supuesto que el senador Joel Molina Ramírez desea la candidatura al gobierno del estado por Morena y en esa mira es respaldado por el ex gobernador José Antonio Álvarez Lima. Sin embargo, ambos no ven con malos ojos una eventual postulación de Dulce María Silva en caso de no alcanzar su objetivo. Lo importante, a decir de quienes conocen las entrañas morenistas, es que Lorena Cuéllar no gane tal postulación.
En esa disputa por la candidatura, cada grupo en Morena juega sus canicas como mejor puede. Y ese el enojo de la delegada federal, quien a pesar de sus esfuerzos y de encabezar actualmente las encuestas rumbo a la gubernatura, no consolida ni su presencia ni su influencia para ganarse la postulación. El camino para todos aún está lejos.
Lineazo: con una total falta de transparencia se ha conducido el titular del Ejecutivo en el proceso último que falta para saber si habrá o no reforma electoral para Tlaxcala. A una semana de aprobadas diversas leyes secundarias en la materia, se desconoce si las modificaciones han sido publicadas en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado. La incertidumbre no conviene a nadie.