SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ
Morena, entre aspirantes y encuestas
Por si acaso el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirma el acuerdo del Instituto Nacional Electoral (INE), de que los partidos políticos postulen mujeres como candidatas en al menos siete de las ocho gubernaturas que estarán en disputa en 2021, el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se ha adelantado y ya decidió que, en el caso de Tlaxcala, la abanderada sea una mujer.
Si ese mismo acuerdo sigue firme hasta que formalmente los partidos postulen a sus respectivos abanderados y abanderadas al gobierno estatal, entonces también está firme el trío femenino conformado por Lorena Cuéllar Cisneros, Dulce María Silva Ramírez y Ana Lilia Rivera Rivera.
En consecuencia, queda fuera de toda posibilidad de contender por la gubernatura el actual director general del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit), Carlos Martínez Velázquez, a quien varios políticos han querido colocar en la palestra como una especie de cuarto en discordia para ser postulado por Morena a la gubernatura.
Ya no será de esa forma. Primero por el acuerdo nacional de Morena sobre el tema de las postulaciones, y segundo porque ni siquiera ha renunciado a su cargo público. Recordemos que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, emplazó a los funcionarios del gobierno federal a renunciar a más tardar el último día del mes de octubre.
Lo hizo Lorena Cuéllar Cisneros de la delegación de la Secretaría del Bienestar en Tlaxcala y lo han hecho otros funcionarios menores, como Carlos Augusto Pérez Hernández como coordinador administrativo del Programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores. Acomodaticio como es, el ex priista renunció porque busca la candidatura de Morena en el tercer distrito electoral federal, con lo cual se confirma el interés del lorenismo por “agandallarse” el mayor número de candidaturas de cara a las elecciones del próximo año.
En esa perspectiva, si Carlos Martínez Velázquez hubiera estado interesado en la gubernatura, ya habría presentado su renuncia para no hacer quedar mal a su jefe, el presidente de la República. Y es por eso que también, en esa circunstancia, el director general del Infonavit no fue tomado en cuenta para estar dentro de la encuesta que se realiza en territorio estatal que, según se dice, servirá para definir la candidatura al gobierno estatal. Pese a ello, muchos no lo descartan, aunque esa posibilidad se observa cada vez más difícil y remota.
Por lo pronto, en el nerviosismo que existe entre la base morenista y las aspirantes a la gubernatura por la aplicación de esa gran encuesta, este miércoles se conocieron los resultados de un estudio demoscópico realizado por la empresa Massive Caller, en el que se da cuenta de un empate técnico entre Lorena Cuéllar Cisneros y Dulce María Silva Ramírez.
Diversos medios interpretaron los resultados como un “triunfo” de la empresaria huamantleca, al considerar que ya alcanzó a la ex delegada federal en las preferencias del electorado tlaxcalteca. Esas interpretaciones olvidan, sin embargo, que esa empresa demoscópica fue objeto de crítica en su último estudio realizado en Tlaxcala.
Lo único cierto es que no hay y, todo parece indicar, no habrá ninguna vencedera en cualquier estudio venidero. Morena se aproxima a su fractura irremediable ante la polarización existente entre sus grupos. Y más fracturado quedará, cada vez quedan menos dudas de ello, si Lorena Cuéllar es la elegida para estar en la boleta por ese instituto político.
Sin embargo, ante la fractura que viene en Morena, y la falta de acuerdos en una oposición que no se da cuenta de la oportunidad que está por perder si enfrenta los comicios divida, Tlaxcala enfrenta una ausencia de liderazgo que ojalá concluya pronto. Ni una ni otra están demostrando estar a la altura de lo que el estado, en las varias crisis que vive, necesita con urgencia. Y eso es grave.
Lineazo: Después de más de un año de que el diputado federal Gerardo Fernández Noroña agredió verbalmente a su compañera de Legislatura Adriana Dávila Fernández, al acusarla de estar vinculada a la trata de personas y por decirle que “es más bocona que la chingada”, la Comisión de Quejas y Denuncias del INE ordenó al petista ofrecer una disculpa pública a la panista. Ordenó también a la Cámara de Diputados hacerle un exhorto directo de no repetición.
Así estamos en materia de justicia. Lo que el diputado federal en realidad merece es que se escriba su nombre en la lista negra de los impedidos para ser postulados a un futuro cargo de elección popular por caer en una clara violencia de género. Ese sí sería un castigo ejemplar.