Análisis en Contraste Por Edgar Salazar Macías
REFORMA AL PODER JUDICIAL, PARTE III
En estos días han acontecido diversos hechos que han ido minando la, ya de por sí, endeble democracia que aún tenemos. El más reciente, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, ha validado la llamada reforma al Poder Judicial, posteriormente pasará al pleno de la Cámara para su aprobación, porque, desgraciadamente no se vislumbra forma alguna en la que dicha reforma no se apruebe.
También en estos días se hicieron modificaciones al texto de dicha reforma, pasó de pedir cinco años de experiencia profesional, a no pedir experiencia profesional, a pedir requisitos risibles como tener un promedio de 8 en licenciatura, entrar a una tómbola de donde saldrán los nombres de los posibles candidatos, en fin, un escenario que pareciera sacado de una mala película que buscara retratar la realidad.
Elegir jueces por voto popular es una de las propuestas más aberrantes de los últimos tiempos. Un juez no es un representante popular, no debe elegirse con base en simpatía o popularidad, un juez en teoría debe elegirse con base en méritos, conocimientos, no por el azar de una tómbola en combinación del voto. El más popular no necesariamente será el más apto para juzgar.
El juzgador necesariamente tiene que atender y obedecer a la ley, no a rajatabla como propone el positivismo jurídico, sino haciendo una interpretación de esta como propone el racionalismo jurídico. Pensemos en un escenario hipotético en el que el juez actúa de acuerdo a lo que quiere el pueblo, en esos escenarios hipotéticos, el aborto quizás no sería legal, porque atentaría contra la moral de las personas, lo mismo para los matrimonios homosexuales, porque la capacidad de raciocinio sería más bien el sometimiento a lo que el pueblo considera que está bien o está mal, y como consecuencia lógica de eso, detendríamos la evolución del derecho, y por consiguiente de los derechos humanos.
Pensemos en otro caso hipotético, la pena de muerte, una gran parte de la población de seguro estaría a favor de la pena de muerte para cierto tipo de delincuentes, actualmente la pena de muerte está prohibida en el país, constitucional y convencionalmente, sin embargo, el clamor popular podría traer de vuelta esa pena, porque el pueblo lo pide, y el juez fue elegido por el pueblo para juzgar con base a lo que el pueblo quiere… es decir, tenemos un problema adicional, el juez se debe al pueblo y debe actuar en consecuencia.
Finalmente, pensemos que el juez electo tiene vínculos con cierto partido político, ¿podríamos esperar independencia judicial?, la realidad es que no, si no hay independencia legislativa, creo que menos tendríamos independencia judicial.
Sin tomar en cuenta a los posibles jueces alineados con los delincuentes o crimen organizado, sin dudarlo, es una receta para un desastre que tomará muchos años revertir, y que tal parece que no habrá forma de detener esta reforma, porque agregamos el problema de la mayoría relativa que se tendrá en ambas cámaras, la mayoría que tienen en los congresos locales, en fin, la sociedad civil organizada tendrá que hacer lo que le corresponda hacer para tratar de frenar este atentado al Estado de Derecho.
TRES PUNTOS…
Los poderes judiciales locales están muy tranquilos, pero es que quizás no han advertido que jueces y magistrados también se irán, quizás ven lejano ese momento, pero está a la vuelta de la esquina. Es cuanto.