A CAPELLA Por MAURICIO HERNÁNDEZ OLAIZ
Cuarto Informe
Se han cumplido ya cuatro años del gobierno de Marco A. Mena. Este día el mandatario dará su cuarto informe, de una administración recortada, debido a los ajustes para lograr empatar los tiempos electorales. Prácticamente es el adiós del priista que tuvo todo para ser el mejor mandatario de Tlaxcala.
Lo dije desde el día uno. Marco salió de la nada y llegó a gobernar un estado sin la voracidad de anteriores, sin la ambición enferma que hoy ya muestran muchas de las que pretenden ser sus sucesoras. Marco tuvo todo, pero al final no le alcanzó, y no por decisión sino por la mala selección de sus equipos.
También lo dije desde el día uno, Mena tenía el compromiso, ganas y experiencia para hacer historia, para ser el mejor gobernador de los últimos tiempos, pero la pésima selección de algunos en su grupo le llevaron a quedarse corto. No vale la pena ni mencionar a varios de esos personajes que estuvieron lejos de las necesidades de un gobierno para lograr la trascendencia, la mayoría sabemos quienes son, la mayoría sabemos que no se pusieron la playera del gobernador.
Y es que una sola persona no puede sola, es imposible conducir un estado sin el apoyo de comprometidos personajes que mantengan la visión de su líder. El gran error de Marco fue querer mucho a unos, pagarles el compromiso político a otros, y en el peor de los casos, cegarse ante lo evidente y la parsimonia. Es el error que deberá pagar el actual mandatario para con la historia de Tlaxcala.
Y la muestra de la eficiencia de Mena se vio en su lucha contra la Pandemia. Como pocos mandatarios la enfrentó, tomo difíciles decisiones con el único objetivo de salvaguardar la salud y la atención de sus ciudadanos. Sus calificaciones han sido sobresalientes y hubieran sido mejores si de nuevo los terceros no hubiesen sido un obstáculo. Pero esta vez el inconveniente no estuvo en su gabinete o personal de trabajo, esta vez la traba fuimos los ciudadanos, y algunos que otros munícipes desorientados y testarudos.
No sabemos en manos de quién quedará el gobierno cuando Mena concluya su periodo, pero sin duda será uno de los gobiernos mas complejos de la historia. Con la pandemia y la profunda crisis económica provocada por esta, Tlaxcala deberá contar con personajes, no solo comprometidos, sino muy experimentados, en el horizonte no son muchos los que se avizoran con esas características, pero están con el cuchillo en la boca para pelear por la silla.
Se dice que el gobernador tiene sorpresas guardadas para lo qué, creo, será su último informe de gobierno – (Al momento desconozco si presentará algo por los 8 meses restantes que le quedan de gestión) – Se dice que habrá novedades en cuanto a obra pública, para consolidarse como el mandatario que más obras construyó en menos de un sexenio, sin embargo, muchos esperan su mensaje, el discurso entre líneas con fuerte tono electoral.
Y aunque muchos le han criticado por no tener un rol partidista más agresivo, eso solo evidencia lo corto de miras de algunos que no acaban de entender que en lo que más Mena puede ayudar a su partido a salir de la crisis, no es con las tradicionales mapacherías electorales o dinero público sembrado en las campañas, sino en lo que les va a heredar de acciones de su gobierno, sus obras públicas, sus compromisos con los pobres, su lucha frontal contra la pandemia entre otras. Si eso no lo sabe reconocer y sobre todo saber capitalizar la mega alianza que incluye al tricolor de Mena, sería un enorme desperdicio.
No me atrevería a decir que la moderna gobernanza pudo implementarse en Tlaxcala, solo puedo reconocer que Marco lo intentó, pero algunos la impidieron, no todos tienen la misma visión y compromiso, aunque aparenten jugar en el mismo equipo.
Lo único que yo puedo esperar a futuro es en el crecimiento y reconocimiento de Tlaxcala. Espero que quien tome las riendas en el futuro opine igual.
@olaizmau