DE CONYUNTURA Por GERARDO SANTILLÁN
Partidos quedan a deber
El marco para el arranque del proceso electoral federal 2020 – 2021 fue de agitaciones. Horas previas, el INE le dio palo al partido de la expareja presidencial Calderón – Zavala, México Libre, al negarle el registro por diversas irregularidades en su financiamiento. Horas después, comenzó la “guerra” por la dirigencia nacional de MORENA.
Por más o menos partidos políticos que haya, estos ya demostraron que han quedado a deber. Si son pocos, se habla de falta de pluralidad. Si son muchos, la representatividad – si es que la hay – se pulveriza. Si hay un dominante, no pasa nada y más de lo mismo, excesos.
Lo cierto es que a estas alturas del partido, ningún partido político ha podido amalgamar una representatividad seria y genuina de los ciudadanos y aquellos que en su momento tuvieron la oportunidad, la dejaron pasar por acción u omisión.
Tres ejemplos claros: 70 años del PRI, bases del país y luego corrupción y grandísimos excesos. PAN: bonanza económica y desperdicio, más corrupción. Ahora MORENA: todavía una promesa en ciernes que se mantiene contaminada y empantanada, que cada vez más se aleja de sus principios y coquetea con la corrupción.
Es decir, los ciudadanos nos encontramos “huérfanos” de cualquier instituto político que no quiera el poder por el poder. PAN y PRI perdieron su chance y no parecen tener posibilidad de volver por sus fueros. MORENA se empeña en perder esa oportunidad por sus guerras intestinas y falta de rumbo, solo esperanzados sus militantes en asirse a la figura presidencial que por desgaste natural, no puede ni debe llevar ese peso.
De hecho, las diversas encuestas que han sido publicadas, por lo menos en Tlaxcala, si bien dan como seguro ganador de la gubernatura a MORENA, todavía es significativamente mayor el número de ciudadanos que se dicen indecisos, lo que refleja el hartazgo hacia los partidos – que no los personajes – y que llevaría a que los ganadores en las urnas no lleguen legitimados por una verdadera mayoría democrática.
Frente a sí, los partidos políticos tienen un reto magnífico: recuperar la confianza de la gente o morir en el intento.
@santillanazo