DE CONYUNTURA Por GERARDO SANTILLÁN
Autoridades y ciudadanos… rebasados
El comportamiento de la pandemia Covid 19 en Tlaxcala, le permitió pasar a semáforo epidemiológico amarillo el 31 de octubre, pero luego regresó a naranja el 18 de diciembre. Es decir, el gusto duró poco.
Pero poco es lo que le ha importado a la sociedad en general evitar la enorme movilidad social que se ha tenido en todos esos meses, pues aun cuando muchos usan el cubrebocas y utilizan gel antibacterial en las calles y en espacios públicos, la gente en la vía pública y en centros de consumo no ha tenido cambios.
Aunque las autoridades de los tres niveles de gobierno han insistido en el “quédate en casa” y la aplicación de las medidas preventivas básicas, lo cierto es que se han visto rebasadas por el ánimo de las personas para estar afuera.
De plano, les es imposible ordenar el regreso a las restricciones del semáforo rojo pues las consecuencias económicas serían catastróficas. Aunque bueno, eso aún está por verse, pero por lo pronto, la normalidad en las calles es como la de años anteriores.
Y para nosotros los ciudadanos, poco ha valido que haya o no un repunte de contagios Covid, dado que los lugares de abasto han estado a reventar y sobre todo los tianguis de temporada, en donde incluso los cuidados se relajan con tal de cumplir con las tradiciones, las fiestas y los regalos.
De ambos lados de la moneda las circunstancias nos han rebasado. Las consecuencias se podrán detectar a partir del 11 de enero en que la algarabía por las actividades decembrinas, de fin de año y reyes hayan pasado. Aunque vienen otras tantas celebraciones por costumbre, así que todavía no hemos tocado fondo.
Confieso que soy uno de los que ha pensado en la teoría de la conspiración como origen de la pandemia, pues datos internacionales señalan que las fortunas de los más ricos del mundo crecieron exponencialmente durante 2020 y el número de pobres a la par también se elevó; sin embargo, la enfermedad existe y está ahí. No debemos tener miedo, pero tampoco tomarla a la ligera.
Menos aún que al ser año electoral los miles de candidatos que habrá en competencia, tendrán el reto de ingeniárselas para hacer campaña sin poner en riesgo a sus colaboradores y al electorado, pero sin experiencia previa, la incertidumbre permanecerá.
Lo que es seguro es que en todo ese proceso, los representantes de la prensa serán de los más expuestos. Siempre atrás de cámaras y micrófonos “chacaleando” para tener el mejor ángulo, simplemente no permite la sana distancia. Hay que cuidarnos.
@santillanazo