Reporta SADER disminución de quemas agrícolas en Tlaxcala

En un 25 por ciento en promedio para los Estados de la Megalópolis comparando 2019 con 2020.

Tlaxcala, Tlax, a 26 de mayo de 2020 (Gerardo Santillán).- La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), registró un decremento en un 25 por ciento en las quemas agrícolas que se realizan en las entidades que conforman la Megalópolis: Tlaxcala, Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Puebla, Morelos y Querétaro, comparando los meses de febrero a abril de 2019 a 2020.

La desactivación de las quemas se detecta mediante imágenes de satélite que muestran los puntos de calor en la superficie terrestre, diferenciando las actividades agropecuarias de los que son incendios forestales.

El Estado de la República que más ha reducido esa actividad nociva para el medioambiente es Chiapas, que en la misma comparación se refleja un 44 por ciento menos, derivado de decretos estatales para la prohibición de la roza y quema en los predios rurales y urbanos durante la temporada de estiaje.

En Tlaxcala, hasta el 90 por ciento de los incendios rurales son provocados por las quemas agrícolas, de tal forma que es muy importante las brechas cortafuegos y las brigadas rurales contra ese tipo de fenómenos provocados por la mano del hombre.

La disminución de los puntos de calor artificiales también tuvo que ver con la llegada de la temporada de lluvias en diversas zonas del territorio nacional.

El periodo de más quemas agrícolas es en los meses de febrero a mayo, que representa hasta el40 por ciento de los incendios forestales se originan presuntamente por quemas campesinas que se salen de control.

Eso sí, la SADER ha reconocido que ha sido todo un reto impedir ese tipo de actividades en los campos, toda vez que quemar rastrojo para preparar el terreno es una práctica ancestral que es muy difícil de erradicar.

La Secretaría de Agricultura refirió que se diseña un módulo de capacitación para productores que transmitirá información homologada entre el sector productivo y el ambiental, a través del intercambio de experiencias entre productores que ya no usan el fuego con los que lo siguen usando.