SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ
SNTE-USET, pagos electorales
El próximo fin de semana, muy probablemente el viernes 22 de octubre, la Sección 31 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) conocerá a su nuevo secretario general, una vez que el Comité Nacional Electoral lleve a cabo el cómputo de la elección y emita la declaración de validez de la planilla ganadora.
Pese a la veda electoral impuesta por instancias nacionales del propio sindicato, propiciada por la pandemia del Covid-19, los dos candidatos únicos a la Secretaría General, Cutberto Chávez de la Rosa y José Arturo Morales Juárez, continuaron con su proselitismo interno dentro del gremio magisterial. Así que ninguno de los dos puede decir que está libre de culpa en la violación de la normativa interna.
Lo que es un hecho es que entre ambos candidatos ha habido acusaciones de guerra sucia, con el claro propósito de ganar para sí un mayor número de adeptos y, al contrario, que el oponente tenga la menor simpatía posible. El objetivo que cada uno busca es que el lunes 25 de octubre tome protesta en el cargo.
Las asperezas se deben a que Cutberto Chávez y Arturo Morales forman parte de grupos políticos magisteriales diferentes, encabezados por J. Carmen Corona Pérez y Demetrio Rivas Corona, respectivamente.
Desde luego que hay una política magisterial para buscar la dirigencia de la Sección 31, pero esa política no se queda en esas paredes. Cada uno de los grupos trabajó activamente en el proceso electoral que culminó en junio pasado, el primero respaldando la candidatura de Anabell Ávalos Zempoalteca, y el segundo apoyando la de Lorena Cuéllar Cisneros.
Con el triunfo de la abanderada morenista, el grupo de Demetrio Rivas Corona se ha aprovechado para utilizar parte de una estructura gubernamental poderosa, cuyo propósito fundamental es remar a favor de su candidato, Arturo Morales. Esa estructura es la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala (USET), donde el principal operador es el ex secretario de Trabajo y Conflictos de Primaria, Jesús Omar López Conde.
Con el conocimiento del secretario de Educación Pública, Homero Meneses Hernández, López Conde se ha convertido en la figura principal de los cambios que desde hace semanas se empezaron a gestar en la USET. De hecho, la dependencia se ha convertido en una agencia de colocaciones, donde las piezas incrustadas realizan una labor de activo proselitismo a favor de Arturo Morales.
Los cambios han tenido la intención de generar clientelas electorales a favor de la planilla afín, de cara a la elección del 21 de octubre, pero algunas incrustaciones están empezando a causar inconformidad en ciertos grupos, como el de los supervisores, debido a que en algunas posiciones están llegando personas sin la experiencia necesaria para ocupar mandos de dirección. Es el caso, por ejemplo, de la Dirección de Educación Primaria de la USET.
Homero Meneses no es un novato en las lides magisteriales, pero algunos casos pueden salírsele de control si no pone orden. Por lo pronto, la USET está dando demasiado acomodo a personas identificadas, a todas luces, con los intereses de la actual dirigencia sindical de la Sección 31. Cuidado, porque eso es como poner la iglesia en manos de Lutero.
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