SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA

El reduccionismo de Don Andrés

Para el presidente López Obrador no hay posibilidad de pensar diferente a él, o se está incondicionalmente de su lado, o se es enemigo; no admite libertad de pensamiento a su alrededor, y para ejemplo la velada amenaza contra el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas por su presunta alianza con políticos que considera no gratos; bastó con que le advirtiera que eso lo convertía en su enemigo para que Cárdenas se deslindara del proyecto en que venía trabajando desde meses atrás.

No es la primera vez que Don Andrés hace público su reduccionismo, para él solo hay pobres y oligarquía, a esta la aborrece y a los primeros los adora ya que son su fuente de poder político, mientras los pobres sean mayoría el podrá seguir ganando, tal y como cínicamente lo dijo semanas atrás, cuando confesó que darle dinero a los pobres era estrategia política para que siguieran con él, lo que veladamente implica que no le importa que dejen la pobreza, sino que sigan en ella, al cabo que con programas sociales los entretiene.

López Obrador no es el presidente de los pobres, sino el de la pobreza, es claro que su estrategia es mantener un paternalismo sobre estos, para que lo sigan viendo como un “mesías bondadoso” que les reparte monedas para que coman un día más, y para que tengan la eterna necesidad de seguir estirando la mano hacía él, y les recuerde que se lo deben solo a él, aunque buena parte del dinero que regala provenga de los impuestos que paga la oligarquía que tanto aborrece.

El daño social que Don Andrés le heredará a quien le suceda en la presidencia será enorme, ya que le dejará una enorme masa de personas sin esperanza de futuro, ya que no invirtió nada en procurar oportunidades para que superaran su pobreza, y solo les dio paliativos para que la reciclaran indefinidamente; cierto es que los pobres están desde mucho tiempo antes que López Obrador, pero este, lejos de cumplirles con cimentar un futuro mejor, solo reutilizó las estrategias del PRI más rancio, de ese en el que se formó y que le hace actuar como un priísta de viejo cuño, ya que no conoce otra forma de hacer política.

Que mal el trato ingrato que Don Andrés le dio a Cárdenas, quien mucho aportó para que saliera del ámbito político tabasqueño y se elevara a canchas del nivel nacional de la política, aunque sus conductas sigan siendo las de un político provinciano, marrullero, intolerante y mentiroso.