SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA
MORENA, escupiendo al cielo y cayéndole en la cara
Desde que Don Andrés arrancó su proyecto para constituir su partido político, al que llamó “Movimiento de Regeneración Nacional” (MORENA), del cual es franquiciatario absoluto, no se ha cansado de llenarse la boca diciendo que son diferentes a sus ancestros partidistas el PRI y PRD, así como a sus odiados “ultra derechosos” del PAN, sin embargo, al paso del tiempo la similitud con tricolores y amarillos se hace más evidente, lo cual nada tiene de raro, ya que él militó en ambos y, estos literalmente son el abuelo y el padre de MORENA, aunque esto les purgue a sus hoy militantes y dirigentes, estos últimos formados en esos dos partidos.
En el actual proceso para elegir delegados a su próximo Congreso Nacional, han exhibido desde el “librito de trampas de Bartlett” con su joya táctica “caída del sistema”, hasta todo tipo de triquiñuelas como subir y bajar listas de candidatos aceptados, rasurar padrones, tolerar vetos de los gobernadores y otros personajes, excluir a simpatizantes de “corcholatos” que no son del agrado del franquiciatario del partido, y todo aquello, que según Don Andrés aborrecía del PRI y PRD, pero que en los hechos son la norma general de conducta de su partido, al que bien se le puede catalogar como el “PRI-PRD” del siglo veintiuno.
Todo apunta a que el Congreso guinda será un rosario de trampas que desembocará en sendas impugnaciones ante el INE y TEPJF, a quien Don Andrés trata de liquidar para que no le estorben en casos como este y de futuras elecciones a donde quiere imponer su voluntad sobre cualquier ley o institución, con tal de consolidar su “Maximato” (1928-1934) al más puro estilo del presidente Plutarco Elías Calles (1924-1928).
Conforme las inconformidades de la parte excluida de la militancia de MORENA para su Congreso Nacional escalen, no será de extrañar que Don Andrés salga a descalificar a los rijosos acusándoles de antidemocráticos, infiltrados de la derecha y todas las “lindezas” que aplica a quienes no le obedecen a ciegas, entre ellos a Ricardo Monreal, quién ya se quejó de que existe una cargada a favor de ciertos corcholatos; o contra John Ackerman, el marido de Irma Eréndira Sandoval quien ya se desgarra las vestiduras pidiendo que no conviertan a MORENA en otro PRI, reclamo patético ya que siempre ha sido un émulo del tricolor; o contra Gibrán Ramírez, de los pocos cuadros conocidos del partido que no nacieron en el PRI o PRD.
El daño interno al partido MORENA que resulte de su Congreso Nacional, puede ser mayor al que los cálculos de sus dirigentes han de presupuestar, lo que podría derivar en un debilitamiento de la figura del propio López Obrador, quien perdería argumentos ante su militancia para tratar de justificar sus atropellos e imposiciones, que si bien, aplicadas a sus enemigos políticos le provocan gusto y risa al morenismo, podrían no caer bien al ser aplicadas a compañeros del propio partido, lo que podría abrirles los ojos para apreciar la real personalidad de su líder y el peligro que esto significa, no solo para los enemigos, sino para los de casa. Bien se aplica al morenismo el dicho popular: “el que al cielo escupe en la cara le cae”.