SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA
La gran perdedora en MORENA
Si alguien resultó la gran perdedora en la elección interna del partido MORENA en Tlaxcala, celebrada el 30 de julio pasado fue la Senadora Ana Lilia Rivera, simplemente la dejaron sin consejeros, todos se los engulleron Cuéllar Cisneros y Sánchez Anaya. Tarde, pero la senadora Rivera tendrá que caer en la cuenta de lo que significó, significa y significará para quienes son dueños de las decisiones políticas mayores en el Estado.
Si bien Doña Ana goza de cierto nivel de la simpatía del presidente López Obrador, este le deja el manejo de la política local a la Gobernadora Cuéllar, quien le convida un pedazo del pastel a Don Alfonso; esa simpatía alcanzó para que Rivera llegara al Senado de la República, pero de eso a que pueda alcanzar la gubernatura hay un abismo insalvable para ella.
Doña Ana terminará su senaduría en 2024, y quizás busque ser diputada federal, pero encontrará el veto de Doña Lorena y Don Alfonso, quien tiene como prioridad a su hijo para hacerlo candidato, con lo que Rivera sabrá que dejó de serle útil a Sánchez Anaya, quien fiel a su estilo de no cumplir palabra alguna con nadie, la utilizó, como hace con todo aquel que se acerca a él, para después desecharlos y vetarlos. Rivera tendrá que tragar sapos y no hacer, ni decir nada contra quienes le han marginado en su partido, con la esperanza de que esa disciplina le valga para que Don Andrés le dé un premio de consolación antes de irse de la presidencia, que podría encontrase en una representación que le permita a la senadora sobrevivir al cambio sexenal federal.
La historia política suele repetirse siempre a favor de las élites, y Tlaxcala no es la excepción, si bien en los últimos 25 años se han dado diversas alternancias partidistas en la titularidad del Ejecutivo local, quienes han gobernado han provenido de las familias del poder o sus aliados, que solo han utilizado a los partidos políticos para dirimir sus disputas por el poder. Ana Lilia no pertenece a esas familias, y por tanto no le dejarán pasar a la gubernatura, ya que no les garantiza que trabaje para conservar el status de estas, como si lo hicieron en su momento Sánchez Anaya, Héctor Ortiz, Mariano González, Marco Mena, y hoy lo hace Lorena Cuellar.
Las elites seguirán dejándole algunos espacios a quienes no tienen linaje político cuando sea conveniente para ellas, pero se reciclaran en cuanto a la gubernatura; hoy quienes están en incubación para ser gobernadores en el futuro son: el hijo de Don Alfonso, la sobrina de Don Héctor, el Hijo de Don Mariano, y las hijas de Doña Lorena, y lo harán con la ayuda ingenua de bases militantes, como en su momento hicieron el PRI, PRD, PAN y hoy MORENA, quienes tienen muchas más semejanzas que diferencias, hoy le toca a Doña Ana entender lo que en su momento no quisieron ver Serafín Romero en 1998, Gelacio Montiel en 2004, Adriana Dávila en 2010 y 2016, Minerva Hernández en 2010, y Juan Carlos Sánchez y otras cuatro excandidatas en 2021. Es deseable que algún día las militancias de los partidos dejen de autoengañarse y busquen romper con el círculo de las élites, de lo contrario será una historia sin final, siempre a favor de las familias del poder.