SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ - Linea de Contraste

SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

TET: magistrado en entredicho

Conforme avanza el año y se acerca el inicio del proceso electoral en diciembre, la observancia en el funcionamiento de los órganos electorales cobra mayor relevancia. Es el caso del Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET), donde cada vez más se observa lo que un mal engranaje puede hacer a una institución que en los últimos tres años ha ganado una credibilidad sobresaliente con sus resoluciones.

Este y otros espacios de opinión se han ocupado del actuar de Miguel Nava Xochitiotzi como magistrado, cuya designación se dio en razón del apoyo otorgado por la bancada del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en el Senado de la República, particularmente de José Antonio Álvarez Lima antes de que solicitara licencia para incorporarse a la dirección de Canal Once.

Preocupan en Nava Xochitiotzi los señalamientos de corrupción que se le han endilgado, como el de haber pedido un porcentaje salarial a uno de sus primeros secretarios de Estudio, razón por la cual éste renunció a formar parte de su ponencia en el TET.

En ese contexto, debe verse con cuidado su reciente impugnación ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), a la que pide un reembolso de casi 18 mil pesos por un accidente automovilístico sucedido en Veracruz, precisamente un día previo al puente vacacional del 1 y 2 de noviembre del año pasado. Ya se verá si el magistrado acredita su dicho, o queda evidenciado como sucedió con una reciente resolución del mismo Tribunal Federal, en un caso que ahora mismo le tiene en problemas por una queja en el Senado de la República por excederse en sus funciones jurisdiccionales.

Este caso es grave, como grave también es el hecho de tener más de un año en esa institución sin que ninguno de sus proyectos de resolución haya pasado con éxito.

En varios casos, Miguel Nava ha demostrado desconocimiento del tema electoral, contrario a lo que dicen sus antecedentes en la materia como representante priista en el órgano electoral administrativo local, o dentro de la estructura operativa del ya extinto Instituto Federal Electoral (IFE). Pese a ello, los reveses que ha sufrido en el Pleno del TET no le han obligado a actualizarse, sino que ha dedicado tiempo valioso de su tiempo a la “grilla” política.

Hay ejemplos. Quienes han sostenido pláticas con Miguel Nava dan cuenta de sus aspiraciones para llegar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Y si bien la aspiración pudiera ser legítima, en los hechos resulta desproporcionada porque en su cargo como magistrado no ha demostrado conocimientos para asumir responsabilidad tan trascendente.

Un ejemplo reciente tiene que ver con el Partido Encuentro Social de Tlaxcala (PEST), pues como ponente propuso la validación de la convocatoria de ese instituto político para renovar sus órganos internos de dirección. Lo anterior, en claro desconocimiento de la Ley General de Partidos Políticos, cuyo artículo 44, fracción VII, establece que para la integración de los órganos internos de los partidos políticos, los procedimientos en la convocatoria respectiva deben incluir que el método de selección, en el voto de los militantes, debe ser libre y secreto.

Sin embargo, ni las observaciones de sus compañeros de Pleno valieron a Miguel Nava para desistirse de su proyecto, a pesar de la defensa posterior que le hizo el diputado local José Luis Garrido Cruz, como beneficiario del mismo, acusando al magistrado Luis Manuel Muñoz Cuahutle de recibir instrucciones para echar abajo las asambleas distritales del PEST.

Muñoz Cuahutle, a la postre redactor del engrose respectivo, fue claro en su señalamiento durante la discusión de Pleno, al que después coincidió la magistrada María Guadalupe Silva Rojas en la discusión del caso en la Sala Regional Ciudad de México: la obligatoriedad del voto secreto de la militancia no significaba la inaplicación de la jurisprudencia 3/2005, pues ésta establece la posibilidad del voto secreto o abierto, sino la aplicación de la reforma electoral de 2014 que establece con precisión la protección de la secrecía de la votación directa de la militancia.

Lo anterior es muestra clara de la defectuosa, por no decir parcial, labor del magistrado Miguel Nava en el TET. Por eso preocupa que el rigor jurídico con el que hasta ahora se ha conducido el Tribunal se vaya por la borda con la designación, en noviembre próximo, de una nueva magistratura por parte del Senado de la República.

Para decirlo claro, esa Cámara tiene una de dos posibilidades para no echar a perder ese órgano autónomo: enmendar el nombramiento de Nava Xochitiotzi con su destitución, o designar –debería ser- una nueva magistrada que no tenga el voto de Morena por ser una incondicional de la 4T, sino por contar con el rigor jurídico-electoral que ha demostrado no tener quien fue designado en noviembre de 2018. A Morena mismo le conviene.