SIN LINEA Por HORACIO GONZÁLEZ
TEPJF: todo sigue igual
Si bien este jueves su Unidad Técnica de lo Contencioso recibió un fuerte revés jurídico por parte de la Sala Regional Ciudad de México del Tribunal Electoral del Poder Judicial Electoral (TEPJF), el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) tendrá ahora la oportunidad de reivindicar su discurso a favor de las mujeres y de la equidad de género.
La denuncia interpuesta por un grupo de diez legisladoras locales que se quejan por violencia política en razón de género sigue viva, y mientras eso siga así ese grupo tendrá discurso para rato, hasta que sea resuelta por parte de la Sala Superior del TEPJF. La diferencia ahora es que no será la Unidad Técnica de lo Contencioso del ITE quien resuelva, sino la Comisión de Quejas y Denuncias de ese mismo órgano autónomo.
Y un agregado importante: de la impugnación que sobre la resolución que haga el ITE podría saber el Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET), una vez que éste ha reanudado sus plazos y términos procesales de los medios de impugnación que se encontraban interrumpidos, y amplió su facultad de discutirlos y resolverlos de manera no presencial. Por su puesto, en caso de que la parte impugnante no decida usar la vía persaltum y ésta sea aceptada.
Por lo pronto, pese a tener esa gran oportunidad, todo hace indicar que la resolución que en su momento apruebe la Comisión de Quejas y Denuncias del ITE será la misma que la emitida por su Unidad Técnica de lo Contencioso. No puede entenderse que su titular, Remigio Velez Quiroz, actúa por cuenta propia y que fue él quien resolvió, por sí mismo, que los cambios y remociones son actos exclusivos del ámbito parlamentario administrativo, por estar relacionados con el funcionamiento y desahogo de las actividades internas de los congresos. Por supuesto que debió haber tenido la opinión de los consejeros electorales, entre ellos su presidenta Elízabeth Piedras Martínez.
En ese sentido, que llegue al TET es importante porque es ahí donde puede marcarse un precedente, del cual algunos magistrados del TEPJF insisten en caminar: que los actos parlamentarios no queden impunes en una mayoría legislativa que puede violar leyes a su antojo por el solo hecho de ser mayoría.
Con esa orden que recibió el Instituto Nacional Electoral (INE) del TEPJF, en el sentido de crear una lista de quienes cometan violencia política en razón de género para que queden inhabilitados para competir a un cargo de elección popular, la presión política juega ya un papel importante. Y es que eso que hará el INE la tendrá que replicar el ITE en el estado.
Imagine un escenario sin precedente por el hecho de que en esa lista fueran incluidos legisladores locales y dirigentes partidistas. Porque vale la pena recordar que, además de diputados y diputadas, también fueron señalados de violencia política los dirigentes estatales del Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN), Encuentro Social (PES), Movimiento Ciudadano y Verde Ecologista (PVEM).
La cuestión es que esos líderes partidistas y legisladores locales que podrían ser señalados de violencia, tienen mayoría en el Congreso del estado e incidencia fundamental en la aprobación de las cuentas públicas de 2019 y en el presupuesto de egresos para el ejercicio fiscal del próximo año.
En todo esto, lo triste es que ayer, a falta de una resolución de fondo por parte de la Sala Regional del TEPJF, originada por una resolución precipitada desde el ITE a través de su Unidad Técnica de lo Contencioso, el Congreso del estado seguirá viviendo en una pantanosa división que ahora mismo atora trabajos legislativos en plena urgencia por sacar adelante una reforma electoral. Peor realidad no puede haber.
Lineazo: La empresaria huamantleca Dulce Silva ha sido colocada en la lista de aspirantes a alcanzar la candidatura al gobierno del estado por el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para los comicios del próximo año. No hay que descartar una sorpresa, sobre todo viniendo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, hay que decirlo claro: no tiene en su palmarés ningún mérito para alcanzar esa candidatura más que aquel, si es que lo es, de ser esposa de César Yañez, defenestrado vocero de López Obrador cuando su casamiento en Puebla llegó a páginas de una revista nacional, rompiendo todo el discurso de austeridad que traía -y trae- su nuevamente jefe, el presidente de la República. Pudiera ser que, efectivamente, la empresaria tenga influencia política, pero para gobernar es indispensable tener experiencia. De ninguna manera la tiene.
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