SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ - Linea de Contraste

SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

La hipocresía del cambio

Otra vez esta semana el presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a la carga. Advirtió a aquellos funcionarios de su gobierno que buscan una candidatura para participar en el proceso electoral de 2021, que renuncien a más tardar en el mes de octubre. El argumento: no utilizar la estructura gubernamental para promocionarse. No ser como los otros, es decir, sus antecesores.

Sin embargo, el dicho presidencial resulta ser una paradoja. Los cargos públicos han sido desde siempre una excelente plataforma de promoción política personal.

Por supuesto, hay de cargos a cargos. No es lo mismo tener una plataforma como la Secretaría de Educación Pública del Estado (SEPE), en la que existe un amplio margen de negociación política con actores e instituciones políticas, que estar al frente del Sistema Estatal para el Empleo y Desarrollo Comunitario (Sepuede). Para decirlo claro, las aspiraciones políticas que hasta hace algunos meses tenía Manuel Camacho Higareda, cayeron como un balde de agua fría a tal grado que ahora mismo no está considerado dentro de la terna tricolor para alcanzar la candidatura al gobierno del estado. Pasó lo mismo con Florentino Domínguez Ordoñez, sólo que al revés.

Lo anterior viene a colación porque desde el inicio de la administración lopezobradorista fue clarísima la colocación de piezas políticas en su gobierno, particularmente aquellas que tenían que ver con las delegaciones estatales de la Secretaría del Bienestar, los llamados superdelegados federales. Desde un inicio esos delegados fueron calificados como arietes para los mandatarios estatales, una especie de vicegobernadores por el número de programas sociales que manejarían y la cantidad de recursos que a éstos se les dedicaría.

Ahí está el resultado: los superdelegados se alistan para disputar 10 de las 15 gubernaturas que estarán en disputa en las elecciones del próximo año. La delegada de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, se encuentra en esa lista. Es ella quien encabeza todas las encuestas publicadas hasta ahora, y lo hace por un amplio margen.

A su paso por las delegaciones del Bienestar, los responsables de éstas han ido construyendo una estructura que hace las veces de servidor público como de funcionario partidista. En diciembre de 2019, por ejemplo, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) determinó que la entrega de programas sociales, por parte de personal de la Secretaría de Bienestar federal, se usó como propaganda en favor del presidente López Obrador. Un total de 36 funcionarios de esa dependencia hicieron uso indebido de recursos públicos para promocionar la imagen del primer mandatario, tanto en delegaciones y subdelegaciones regionales, como con los denominados «Siervos de la Nación».

A más de lo anterior, al menos 50 por ciento de los delegados ha sido acusado por presuntos desvíos de recursos públicos, corrupción, desfalco y proselitismo. De hecho, existe una larga lista de nombres de delegados, entre quienes figura el de Lorena Cuéllar Cisneros, señalada por militantes del propio partido gobernante, Morena. Basta recordar que hace un año, a estas alturas, la senadora Ana Lilia Rivera acusó a la funcionaria federal de “reventar” dos de tres asambleas distritales que debían servir para la elección de delegados, en el marco de la renovación de su dirigencia partidista.

A principios de este año, Cuéllar Cisneros fue hallada responsable por la Sala Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), de realizar propaganda gubernamental desde la Secretaría de Bienestar e incurrir en desvío de recursos públicos a través de la promoción de apoyos sociales.

López Obrador habla de un cambio. No hay ninguno. Morena se sigue manejando igual o tal vez peor que sus antecesores del PRI y del PAN. Entre el estiércol por el que han caminado esos partidos a su paso por el gobierno, la disputa se centra en acusar al otro de ser peor, sin darse cuenta que todos están manchados por la misma podredumbre.

Lineazo: Si no sucede otra cosa, este fin de semana se conocerá quién será el nuevo líder nacional de Morena. Ya veremos cómo salen parados aquellos que en Tlaxcala dijeron apoyar la candidatura de Mario Delgado, que fueron todos. No vaya a ser que Porfirio Muñoz Ledo dé una sorpresa, como la dio cuando el INE informó que los resultados de diversas encuestas lo daban como el más reconocido de todos los aspirantes a la dirigencia morenista.