SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ - Linea de Contraste

SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

Morena, ¿la imposible institucionalidad?

Si la nueva dirigencia del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) no aplica hacia sus adentros una estrategia para trabajar en su institucionalización, es muy probable que el triunfo electoral hasta hoy cantado por las encuestas no sea una realidad y comience una frustración que seguramente se verá reflejada más allá de las elecciones de 2021.

Este instituto político necesita con urgencia una reunión de grupos para empezar a curar las heridas que entre ellos mismos se generaron desde que inició la disputa por la candidatura al gobierno estatal. El holgado triunfo de 2018 les dio a cada grupo el impulso de desgastarse a sí mismos y al propio partido, a un grado tal de que hoy mismo se encuentra fracturado.

Existe, por ejemplo, una altísima posibilidad de que la candidatura de la ex delegada federal Lorena Cuéllar Cisneros genere una fractura mayor a la que hoy existe. Y si ya de por sí esta fractura es grave, lo será mucho más si el resto de los grupos morenistas decide no apoyarla.

La ex funcionaria federal ha hecho lo necesario para ser repelida dentro de Morena porque desde un inicio decidió trabajar para sí misma, excluyendo al resto de los grupos internos. Ello originó una inconformidad cada vez más grande porque no ha tenido la capacidad de ser incluyente. Además, la falta de cumplimiento de acuerdos de su parte también ha sido un elemento importante, aunque no nuevo en ella.

Por otra parte, la muerte del senador Joel Molina Ramírez vino a originar una serie de amargura interna porque muchos suspirantes se quedaron en el limbo, sin un tutor que les guiara en sus aspiraciones de alcanzar una candidatura. Esa tragedia ha tratado de ser aprovechada por la empresaria huamantleca Dulce María Silva Ramírez, quien se ha colocado en el segundo lugar de preferencias internas, de acuerdo con las encuestas más recientes.

En el panorama político que hoy se observa, la senadora Ana Lilia Rivera Rivera no tiene posibilidad alguna de generar un apoyo interno suficientemente fuerte. Su candidatura al gobierno del estado, por añadidura, sólo puede provenir del dedo índice de quien es hoy presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador

Así que, en tal escenario,  lo único que queda es el contrapeso interno, es decir, que quien gane no se lleve todo. En consecuencia, al grupo que le sea destinada la candidatura al gobierno estatal  corresponda el número mínimo de candidaturas a las diputaciones locales y federales, lo mismo que a las presidencias municipales.

Ese es el contrapeso interno que Morena requiere en esta coyuntura de crisis, a fin de que todos trabajen en unidad. No hacerlo significará tener un escenario lleno de dificultades con altas posibilidades de fracaso electoral. Y es que, además, el oponente de enfrente que hasta hace unos meses se encontraba debilitado por los resultados de 2018, ha empezado a tomar forma con la conformación de una posible alianza opositora a la que se integrarían PRI, PAN, PRD, PAC y PS.

Morena y sus aliados no tienen otra salida. Jugar en separado es entregar en bandeja algo por lo que han suspirado desde su conformación en 2011. No sólo por la presidencia de la República en el ámbito federal, sino también por la gubernatura en el ámbito local. Ya veremos de que están hechas las ambiciones morenas.

Lineazo: Por más que diversos legisladores locales no quieran aceptarlo, la reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) es un golpe a su incompetencia. Es el resultado de una Legislatura improvisada, cuyos diputados integrantes han mostrado la vulgaridad de sólo querer dinero para sus bolsillos y para sembrar esperanzas propias de alcanzar una carrera política de más envergadura.

La Corte dio la razón a los alcaldes de Contla de Juan Cuamatzi, Tlaxco y Yauhquemehcan para que los presidentes de comunidad no tengan voto en los cabildos. En efecto, la resolución alcanza sólo a esos ayuntamientos, sin embargo, la resolución deberá obligar a los diputados locales a generalizar a una Ley Municipal para que los 60 ayuntamientos de la entidad trabajen con una misma norma.