SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ - Linea de Contraste

SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

La falsa unidad priista

 

Entre los cinco partidos políticos que esta semana anunciaron el acuerdo para crear la denominada Alianza por Tlaxcala, existe la coincidencia de que la presidenta municipal de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, sea quien encabece la candidatura a la gubernatura del estado. No podría ser de otra manera si existe un necesario equilibrio en la distribución de candidaturas para las alcaldías y las diputac

iones.

En Baja California la candidatura será para Acción Nacional (PAN), pues es ahí donde tiene un mejor posicionamiento electoral y sus aspirantes son los mejores ubicados ante el electorado de aquella entidad federativa. En Tlaxcala ese mejor posicionamiento lo tiene el tricolor y sucede lo mismo con sus precandidatos a la gubernatura. Sin embargo, es mentira que el Revolucionario Institucional (PRI) esté unido como hasta ahora se quiere vender. No lo está.

Al igual que el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el PRI también tiene fisuras importantes y debe cuidar que éstas no se conviertan en una fractura que le quite votos el día de la jornada electoral que se desarrollará el 6 de junio de 2021.

Aunque nadie lo ha querido reconocer, el ex gobernador Mariano González Zarur no está jugando a favor del tricolor. Y tendrá menos motivos para hacerlo si, como todo supone, la candidata a la gubernatura es Anabell Ávalos Zempoalteca.

Habrá que recordar que la todavía alcaldesa fue la primera en ocupar la Secretaría de Gobierno en la administración marianista, pero a raíz de la crisis de seguridad pública que vivió ese gobierno durante sus primeros meses, que a la postre terminó en una ocupación de elementos de la policía federal a las instalaciones de la policía estatal, fue destituida y maltratada por el entonces gobernador González Zarur, quien no dejó de hacerlo hasta el último día de su mandato.

Incluso, Mariano González utilizó la buena relación política y personal que tenía en la administración peñista con el entonces secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade, para lograr la destitución de Anabell Ávalos en la delegación tlaxcalteca, a fin de colocar a su hija Mariana González, orgullo de su nepotismo disfrazado al argumentar que era una posición federal y no estatal.

Esos hechos no han sido olvidados por la hoy alcaldesa capitalina, quien en varias oportunidades y en eventos públicos a los que ha sido invitada, reconoció haber sido maltratada políticamente por quien en su momento fue su aliado político.

Ahora, a poco más de un mes de que los partidos y las coaliciones determinen a sus respectivos candidatos a la gubernatura, resulta que el Partido Movimiento Ciudadano tiene todas las intenciones de postular a Jonathan Bretón Galeazzi como su abanderado.

El joven oriundo de Huamantla fue titular de la Secretaría de Fomento Agropecuario (Sefoa) en el gobierno de González Zarur, y salió por la puerta de atrás debido a la desaparición de diversas toneladas de fertilizante destinadas a agricultores tlaxcaltecas. El robo de ese fertilizante quedó en la impunidad, a pesar de que un funcionario de menor nivel fue acusado penalmente de ese hecho. Lo cierto es que Bretón Galeazzi quedó intocado por ese escándalo y ahora pretende revivir con la candidatura al cargo de elección popular más importante que se le puede dar a una persona en una entidad federativa.

Que Mariano González Aguirre, hijo del ex gobernador, forme parte del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, no es ninguna garantía de unidad priista en Tlaxcala. Desde adentro el marianismo puede hacer mucho daño a la coalición conformada por el PRI, PAN, PRD, PS y PAC.

Ante lo cerrada que se espera sea la elección a la gubernatura el próximo año, unos cuantos cientos de votos pueden ser definitorios de un triunfo o de una derrota electoral. Morena no es el único que enfrenta sus propios demonios. El tricolor también tiene los suyos. Veremos, cada quien en su terreno, cómo los enfrenta cada uno.