SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ
Lorena Cuéllar, entre traiciones
Lo que pasa en el Partido Nueva Alianza (Panal) de Tlaxcala es el mejor ejemplo de lo que sucede al interior del equipo que supuestamente respalda a la candidata del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la gubernatura, Lorena Cuéllar Cisneros. Hay incapacidad en la dirigencia estatal o hay traiciones. O ambas.
Lo que se ha publicado en los medios de comunicación durante estos primeros cinco días de campaña, representa una exacta realidad de lo que sucede en cada cuarto de guerra de las dos principales candidatas.
La abanderada de la coalición “Unidos por Tlaxcala”, Anabell Ávalos Zempoalteca, ha explotado el respaldo a su candidatura de personajes identificados a otros de alta influencia dentro de Morena, como el ex gobernador José Antonio Álvarez Lima, sin que éste haya realizado un pronunciamiento de respaldo a la morenista Lorena Cuéllar Cisneros.
En cambio, esta última, la ex delegada federal, ha iniciado con un proselitismo de bajo perfil. No ha podido aglutinar en torno suyo al senador Álvarez Lima, ni tampoco lo ha hecho con la senadora Ana Lilia Rivera ni con la empresaria Dulce Silva Hernández, a pesar de que esta última ya fue incorporada como candidata a la lista privilegiosa con la que a partir de septiembre próximo será diputada federal. La unidad era lo primero que tenía que demostrar en su inicio de campaña y no ha sido así porque no existe cohesión alguna dentro de Morena.
Si a esa división interna se le suman las traiciones de uno o más de los partidos que integran la coalición “Juntos Haremos Historia”, algo entonces está podrido dentro de la campaña de Lorena Cuéllar. El caso de Nueva Alianza es solo un ejemplo.
La traición de Nueva Alianza se enmarca dentro de la disputa que existe por alcanzar la Secretaría General de la Sección 31 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), la cual no se ha renovado desde el año pasado debido a la pandemia del coronavirus. Uno de los aspirantes a esa dirigencia seccional es Cutberto Chávez de la Rosa y atrás de esa candidatura, apoyándolo, se encuentra el ex diputado local, también ex dirigente de esa Sección 31, J. Carmen Corona.
Sandra Corona es hija del ex dirigente sindical y está al frente de Nueva Alianza, partido que respalda la candidatura de Lorena Cuéllar. Sin embargo, tras bambalinas, la hija es traicionada -o ella lo sabe y prefiere ignorar el hecho por conveniencia- por su propio padre debido a que éste se encuentra en apoyo de Anabell Ávalos Zempoalteca.
- Carmen Corona no ha estado en ninguna reunión con Ávalos Zempoalteca, pero sí ha estado detrás de la organización de pequeñas concentraciones en apoyo de la abanderada priista a la gubernatura. Son los profesores y las profesoras, encabezados por Cutberto Chávez, quienes han estado en esos respaldos en el propio domicilio de la candidata, y el ex diputado local las ha impulsado a través de llamadas telefónicas con sus cercanos.
Ya de sí, ese tipo de acontecimientos descubre en Sandra Corona una incompetencia bastante manifiesta, o un contubernio para ser una especie de Caballo de Troya dentro de la campaña de Lorena Cuéllar.
Cualquiera de las dos hipótesis, es un hecho que la abanderada morenista por la gubernatura no la está pasando bien en este inicio de campaña. Pero cuidado, la puede pasar peor si no pone un alto a las traiciones dentro de su propio equipo y en los partidos que integran la coalición que, en los hechos, parece no respaldarla.
Lineazo: El segundo párrafo del inciso c del artículo 41 de la Constitución Política federal establece que durante el tiempo que comprendan las campañas electorales federales y locales y hasta la conclusión de la respectiva jornada comicial, deberá suspenderse la difusión en los medios de comunicación social de toda propaganda gubernamental.
A eso están obligados los poderes federales y de las entidades federativas, los municipios, las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México y cualquier otro ente público.
Las únicas excepciones a lo anterior serán las campañas de información de las autoridades electorales, las relativas a servicios educativos y de salud, o las necesarias para la protección civil en casos de emergencia.
Más claro: Los programas sociales no tienen por qué suspenderse. Hacerlo, como lo anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador, fue un error político grave que no tienen por qué seguir los gobernadores de las entidades federativas.