SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ - Linea de Contraste

SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

El PRD, ¿pronta desaparición?

Horacio González

El Partido de la Revolución Democrática (PRD) atraviesa por la crisis más severa de su historia. El proceso electoral federal más reciente lo desnudó y con nitidez se pudo apreciar que está en los huesos. Arañó apenas el 3.65 por ciento de la votación en la elección de diputaciones federales, con lo cual conservó su registro como instituto político.

Sin embargo, no puede decir lo mismo en al menos 15 entidades federativas. En Baja California, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa y Tamaulipas, no alcanzó el tres por ciento de la votación para continuar con su registro. La estrepitosa caída fue más dolorosa en Nuevo León, donde ni siquiera alcanzó el uno por ciento de la votación.

En estricto sentido, si en aquellas entidades federativas fuera partido político estatal, ya hubiese perdido su registro. No lo hará porque como instituto político nacional, seguirá participando en los procesos electorales que se organicen en aquellas jurisdicciones estatales, sin embargo, ya no gozará de las prerrogativas estatales.

Al menos eso se infiere de la interpretación al artículo 52 de la Ley General de Partidos Políticos, que establece que “para que un partido político nacional cuente con recursos públicos locales deberá haber obtenido el tres por ciento de la votación válida emitida en el proceso electoral local anterior en la entidad federativa de que se trate”.

En el caso de Tlaxcala, la Constitución Política local establece que los partidos políticos nacionales que no obtengan mínimo tres por ciento de la votación total válida en la última elección ordinaria de diputados locales de mayoría relativa, solo conservarán su acreditación ante el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) y no gozarán de financiamiento público estatal.

Así que se espera que eso mismo suceda en esas quince entidades federativas donde el PRD no alcanzó el 3 por ciento. Ese es el tamaño de su crisis.

La salida de Andrés Manuel López Obrador de las filas perredistas, hizo que la militancia abandonara de a poco al PRD. En Tlaxcala hay varios ejemplos de ello, como el de la gobernadora  Lorena Cuéllar Cisneros, quien en su oportunidad llegó a ser senadora y diputada federal por ese partido, cuando ya no encontró acomodo en el Revolucionario Institucional (PRI).

El 3.5 por ciento de la votación total, equivalente a 34 mil 307 votos en la elección de diputaciones locales, es fiel reflejo dela crisis perredista en Tlaxcala. Lejos están los tiempos en que su fuerza alcanzó para ganar la gubernatura en 1998.

Esa crisis se traslada a nivel nacional. Por eso ahora mismo está en discusión una reforma de gran calado que incluye, incluso, el cambio de nombre. Le urge hacerlo. Reformarse de tal manera que la salida por goteo de militantes se detenga, y eso le permita crecer electoralmente.

El problema será encontrar su identidad, y no se avizora que lo haga. La mescolanza electoral con Acción Nacional (PAN) y el PRI se lo impide. Pero debe intentarlo. No hacerlo significaría su pronta desaparición, muy probablemente en las elecciones de 2024, cuando estará en disputa la presidencia y el Congreso de la Unión.

La oposición está sumamente disminuida, y si el PRD continúa en sus crisis, es muy probable que pronto veamos la desaparición de un partido que en su momento fue artífice y actor principalísimo que contribuyó de gran manera a la apertura democrática y a la competencia electoral. Sería una lástima verlo terminar de esa manera.