SOCIOLOGANTE Por M.C.S ELSA MARTÍNEZ FLORES
Me dueles Santa Ana Chiautempan
No nací en Santa Ana Chiautempan, pero me gusta visitar los municipios del estado de Tlaxcala y reconozco que muchos de ellos son agradables, limpios y ordenados. Sin embargo, al llegar a la entidad que es famosa por sus sarapes y textiles causa tristeza.
Comparto la opinión de una cibernauta, quien recientemente subió unas fotos a su Facebook donde se puede apreciar: botes pequeños, mal hechos e inoperantes para la gran cantidad de basura que se genera diariamente, manadas de perros callejeros, baches en las calles, los parques de concreto con muy poco pasto, desorden en la instalación de comercios ambulantes que no dan ganas de quedarse a hacer turismo o bien, llegar, comprar y salir lo más rápido posible de ahí.
¿De quién es la culpa? Indudablemente una buena parte tendría que sumirla el gobierno municipal, que nunca encontró el rumbo para mejorar las calles, confirmando así el pésimo gusto de quien dirige los destinos del municipio en materia de diseño urbano e infraestructura, ni qué decir en materia sanitaria y de seguridad.
El municipio sarapero vive una crisis y eso es palpable cuando llegas a ese lugar, desde temprana hora se observa cómo se encuentran los botecitos de basura que no tienen la capacidad suficiente para que la gente coloque ahí los desechos, por ello común ver debajo de ellos bolsas que las personas dejan ahí y alrededor de éstas, los perros buscando alimento.
Conforme avanza el día se puede apreciar los puestos de comida mal instalados, la congestión vehicular que produce en lugares donde debería estar un oficial para dar paso y agilizar la circulación, o bien, criticar a la policía municipal por su lenta respuesta de reacción cuando hay una llamada de auxilio.
Sin embargo, la sociedad también forma parte de este problema, existen muchas personas que prácticamente “les vale” las señalizaciones u observaciones que las autoridades realizan para que respeten las áreas restringidas y lanzan a las calles papeles, bolsas, botellas, empaques, al fin que mañana los de servicios municipales recogerán el tiradero.
Pero también vemos la otra moneda, al ciudadano que exige, el que está harto de ver cómo su principal autoridad hace caso omiso de sus peticiones en materia de mejoramiento en obra pública.
Así están las cosas en un municipio uno de los temas principales de conversación en esta época es la mala administración municipal y probablemente tal vez de él no fue la culpa del todo, “se le hizo fácil” prometer, realizar compromisos para ganar, probablemente fungir como presidente no es sencillo, no basta tener ganas de ayudar, de cambiar a la entidad que te vio nacer, ahora nos damos cuenta de que “gobernar no es para todos”.